El panorama del Museo del Prado es un artefacto fotográfico de 30 cm de alto y 1041,5 cm de ancho, que se compone de 72 copias a la albúmina –de varios formatos y de formas no necesariamente rectangulares– adheridas a un soporte secundario de algodón, una tela sin fin unida por los extremos cortos. El conjunto se diseñó para ser introducido en un mecanismo –el grafoscopio– que permitiera su desplazamiento y visionado.
Probablemente las fotografías se realizasen con el procedimiento del colodión, con negativos de vidrio positivados en papeles a la albúmina. Las placas pudieron tener un formato aproximado de 30 × 40 cm.
La forma y dimensiones de las copias es variada y responde a cuestiones estrictamente fotográficas –como la iluminación–, así como a aspectos compositivos del panorama en su conjunto.
La tela del aparato del Prado no debía de tensar bien y, por el uso, se trabó con el propio engranaje, ocasionando la pérdida del borde inferior de la fotografía y, con ello, de la información contenida en esa parte de la imagen. Afortunadamente existía el ejemplar del MET que, al estar encuadernado, ofrecía un perfecto estado de conservación. De él pudo extraerse información relevante sobre la configuración de la fotografía y la organización de las copias, que aparecen numeradas en su parte inferior: las del lado izquierdo de la galería precedidas de la letra “Y” y las del lado derecho precedidas de la letra “D”.
En lo relativo al formato, en la mayor parte de los casos, el alto de la copia es el del soporte secundario, esto es, unos 30 cm, mientras que la mayor variedad aparece en los anchos: unas copias tienen las dimensiones del negativo (entre 23 y 26 cm), un segundo modelo posee un ancho intermedio (entre 18 y 10 cm), y un tercer grupo que cuenta con unas medidas inferiores (entre 4,5 y 7 cm).
Los fotógrafos de la firma J. Laurent y Cía. –entre los que estaba el propio Alfonso Roswag– realizaron numerosas tomas, teniendo en cuenta los diferentes formatos y alturas de los cuadros e intentaron, en todo momento, mantener un plano paralelo con la zona reproducida para evitar distorsiones. De igual manera, tuvieron que superponer las tomas y cortar posteriormente los positivos en papel, para que los cuadros pudiesen verse por completo y no quedasen divididos en diferentes copias. También hubo que fotografiar individualmente alguno de los lienzos de gran formato como El 2 y el 3 de mayo de Goya, y añadir posteriormente fotografías de aquellos como Rescate de cautivos de José Aparicio –hoy desaparecido– que, dada su altura, superaban las dimensiones máximas del panorama, como se aprecia en la copia del Metropolitan.
Todas las fotografías están adheridas al segundo soporte de tela por un mismo lado.